“Tener orden en nuestros espacios es tener paz y tranquilidad”, señala organizadora profesional

“Debemos tener orden en nuestros espacios para que las cosas fluyan, para que tengamos paz y tranquilidad”. Con esta definición, la organizadora profesional certificada Hanna Chávez, de Hanna te organiza, marcó la importancia que para vida de una persona tiene ordenar los ambientes de una casa, una acción que impacta en “la parte emocional, la parte intelectual y la parte física”, como indicó.

En declaraciones al show radial La Hora del Cafecito☕, de Conecta Arizona, Hanna afirmó que si las personas no tienen sus espacios “organizados y ordenados” es “muy difícil darles paso a las cosas nuevas”, por lo que aconsejó comenzar un proceso de descarte de las cosas que ya no se usan y, luego, iniciar la tarea de darle a cada cosa un lugar en la casa, lo que provocará un impacto positivo en la vida personal.

“La base de una buena organización es un buen descarte, sacar lo que ya no usamos, que no me funciona más, y tener en mente que hay otras personas a las que sí les pueden servir esas cosas. Ahí es cuando uno empieza a soltar y a sacar las cosas para hacer el espacio y guardar lo que sí me hace feliz”, dijo Hanna, entrevistada por Maritza L. Félix, fundadora y directora de Conecta Arizona.

🎙️️ Las mujeres latinas guardamos todo por si acaso y hay cuartos en nuestros hogares que nos van calando la energía. Para algunos es la cocina que nunca termina de estar limpia, donde tenemos las vajillas rotas y que las seguimos guardando por si acaso; para otros es el closet donde tenemos ropa vieja, que esperamos que algún día nos vuelva a quedar, o que compramos y que sigue colgada con las etiquetas porque nunca encontramos ocasión para ponernos, o que la estamos guardando para un momento especial que todavía no termina de llegar; para otros son los cuartos de los juguetes de los niños, que es bien difícil de mantener en orden porque no depende solo de nosotros sino también de los pequeños. Se va haciendo una montaña de trabajo porque no tenemos tiempo o no sabemos dónde poner las cosas, porque no termino de doblar la ropa, o tenemos un cuarto donde ponemos todo lo que no queremos acomodar o no sabemos dónde ponerlo. ¿Qué consejos nos das para tener una casa organizada que nos deje darle la bienvenida a lo nuevo, a lo bueno?

“Esa es la clave del éxito: si no tenemos nuestros espacios organizados y ordenados es muy difícil darles paso a las cosas nuevas. Y cuando hablo de eso te hablo de la parte emocional, de la parte intelectual y, obviamente, de la parte física. Siempre pienso y digo que organizar nuestros espacios externos debe iniciarse con organizar nuestros espacios internos, en la medida en que nosotros nos tracemos metas. A veces lo que nos pasa es que nos trazamos metas súper altas que no son cumplibles, entonces empezamos a estresarnos y vamos acumulando cosas. Como decías, tengo un cuarto donde tengo metido todo lo que no quiero usar. Entonces mi consejo principal sería trazarnos metas en las diferentes partes o categorías de nuestra vida. Por ejemplo, a nivel personal, a nivel laboral, a nivel de la casa. Hablemos puntualmente de la casa. Por ejemplo, tú decías ‘tengo que doblar la ropa’, tengo que hacer un montón de cosas. Creo que uno tiene que priorizar las cosas que uno sabe que va a poder lograr para que eso, como quien dice, no se te venga encima y se te arme una gran bola de nieve que después no sabemos por dónde atacar ese problemón. Creo que eso es lo primero. Es súper importante tener en cuenta que debemos tener orden en nuestros espacios para que las cosas fluyan, para que tengamos paz y tranquilidad, y desde ahí entonces poder organizar todo el resto de cosas que te acabo de mencionar”.

️🎙️ Hay como etapas. Uno dice la limpieza de primavera, la limpieza de año nuevo. ¿En qué nos tendríamos que enfocar?

“Todas las veces que empecemos algo, en términos de organización, siento que hay que empezar por lo que más te perturba. Hay algunas organizadoras que dicen que no, que uno debe empezar de menos a más. Mi perspectiva es: ‘agarra ese toro por los cachos y sal rápido de ahí, de lo que realmente te molesta’. Te doy un ejemplo personal. A mí me cuesta un mundo doblar la ropa después que la lavo; soy súper buena lavando la ropa, todo en orden, toda la ropa limpia, pero ‘ay Dios mío, ¿cuándo doblo eso?’. Pasa una semana y cuando voy a doblar tengo el montón de ropa. Entonces dije: ‘ok, este año me voy a enfocar en ese propósito’. Uno a veces se traza metas y no ve realmente lo que hay detrás de ese problema o tema y uno dice ‘voy a doblar la ropa, la otra semana la doblo’, pero te aseguro que dentro de tres o cuatro semanas ya no lo voy a hacer. Entonces, es ver detrás de qué es lo que realmente me mortifica o impide que doble la ropa cuando apenas la lavo. Por ejemplo, a mí en lo personal me aburre doblar ropa, entonces dije: ‘voy a escoger un día a la semana donde me puedo sentar enfrente de Netflix por ejemplo y poner una serie que me gusta para, en ese momento, doblar la ropa. Es como encontrar lo que realmente nos impide hacer x cosa para poder llegar a hacerlo; encontrar cuál es ese toro que necesitamos amansar y empezar por ahí. Y empezar con metas cortas. Por ejemplo, volviendo al tema de la ropa, si tengo tres tandas de ropa lavada no voy a pretender doblarlas todas en la primera vuelta. Lo que voy a hacer es: hoy voy a doblar por ejemplo los T-shirts, busco la serie de Netflix, me siento y doblo todos mis T-shirts. Ilustrando esto con la ropa creo que aplica para todo lo demás que tenemos”.

Foto: Pixabay en Pexels.

️🎙️ Mi mamá siempre dice: un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Pero como a veces nos rebasan las cosas, ¿cómo encontrarles un lugar? Creo que primero tenemos que aprender a soltar, pero también nos da mucho trabajo soltar: o los juguetes con los que ya no juegan los niños, o los pantalones que ya no nos cierran, o el vestido con el que tuvimos un momento bonito y que sabíamos que nos veíamos fabulosas, pero ya nunca lo vamos a volver a usar, o el sartén al que se le cayó el mango, y cosas que vamos guardando. ¿Cómo nos desprendemos de esto?

“Creo que la base de una buena organización, lo primero -y siempre lo diré y mantendré-, es un buen descarte. Tenemos que tener varias cosas en mente. La primera es que el espacio físico que tenemos es exactamente el mismo, siempre; ni se agranda ni se achica. Somos nosotros quienes hacemos que los espacios sean grandes o chicos con todas las cosas que les metemos adentro. Creo que lo primero es tener conciencia de cuál es el espacio con el que yo cuento, físicamente hablando. De cara a eso, proceder a hacer un buen descarte. ¿Cómo se hace el descarte? El descarte es empezar a sacar lo que ya no usamos, que no me funciona más, y tener en mente que hay otras personas a las que sí les pueden servir esas cosas. Puede ser tu prima, tu hermana, tu amiga, o puede ser un lugar de caridad, donde uno dona cosas, y ahí es cuando uno empieza a soltar y a sacar las cosas para hacer el espacio y guardar lo que sí me hace feliz. Porque al final se trata de que uno viva y tenga en su cuarto, en su closet, en su casa lo que a uno realmente le gusta, las camisas que sabes que te quedan y que te quedan bien. Como bien dijiste, ese vestido que me puse en 1903 y ya no me queda y no me va a quedar más, no te va a quedar más. Entonces, es tener en mente que hay una persona afuera a la que sí le puede quedar y sacar ese vestido da paso a que entre un vestido nuevo que sí me gusta cómo me va a quedar”.

️🎙️ Nos preguntan en nuestro grupo de WhatsApp: ¿qué hacer con los recuerdos cuando alguien guarda cosas para cuando sus hijos estén grandes? Es decir, las tarjetas, los boletos del cine, cosas de recuerdo que a lo mejor también tienen mucho tiempo acumulándose y uno no se quiere deshacer de ellos.

“Uno tiene que ser muy consciente de que los momentos y las cosas que nos dan felicidad en un determinado momento, valga la redundancia, son realmente con los que uno se queda y se lleva dentro. Si fui al cine con el muchacho que me gusta y ahí me pidió que fuéramos novios, guardar ese ticket de esa película no va a hacer que me quiera más o me quiera menos. Tampoco creo que no significa que no podemos guardar las cosas sentimentales. Lo que recomiendo es buscar una caja plástica, o una caja cualquiera, que llamo ‘categoría de sentimentales’. Entonces les digo a mis clientes: ‘tienes derecho, por decir derecho de alguna manera, y escoge y guarda aquí las cosas que genuinamente te hacen feliz, las cosas que realmente quieres guardar, y lo que no, regálalo o bótalo o dónalo y te quedas aquí con las cosas que realmente te gustan’. Por ejemplo, yo tengo guardados en mi caja los primeros zapatitos que se puso mi hija. Estamos hablando de hace 30 años. Eso para mí tiene un valor sentimental muy, muy grande, pero también tenía todos los pañales que había puesto; llegó un momento en que dije ‘son pañales, se los paso a un bebe que sí necesita y cuando vengan mis nietos y crezcan seguro mis hijos les van a querer comprar cosas nuevas’. Es verdad que guardamos cosas que realmente tienen valor sentimental para nosotros, pero hay muchas otras que no. Entonces, saber diferenciar cuáles sí y cuáles no, guardar las que realmente nos peguen en el corazón y a las otras sacarles la parte buena y guardarlas en nuestra cabeza y en nuestro corazón”.

El descarte de los objetos que ya no se usan es, según Hanna, clave en el proceso de ordenar la casa.

️🎙️ ¿Qué últimos consejos darías para la gente que dice ‘ahora si voy a organizar tal cuarto de mi casa’?

“Empezar por uno a la vez y tratar de terminarlo. Creo que eso es clave. Pretender organizar toda nuestra casa de un solo tirón no es posible, nunca va a ser posible; lo que nos va a pasar es que nos va a abrumar y en el proceso, cuando no lo hemos logrado, nos vamos a sentir mal y lo vamos a dejar a medias. Entonces el primer consejo que puedo dar es: escoge el lugar que más te abruma de tu casa, empieza por hacer un buen descarte, un descarte a conciencia; dona, regala, regala, regala, dale a otra persona la felicidad de gozar de lo que no tiene y a mí me sobra. Eso es vital, porque creo que, cuando uno regala y dona, la vida te lo devuelve en bendiciones. Y después que tienes hecho ese descarte, entonces dale a cada cosa un lugar. Eso significa, por ejemplo, que los accesorios del cabello van a ir en ese cajón y siempre tenerlos en ese cajón, de esa manera siempre sabes dónde buscarlos y a dónde devolverlos cuando terminas de usarlos. Creo que esos son los consejos clave y básicos para poder hacer una buena organización”.

️🎙️ Y quizás hacerlo en familia para ir enseñándoles a los pequeñines del hogar, para que también tengan orden y que no nosotros tengamos que estar siempre juntando sus juguetes, sus cosas, sus zapatos. Una pregunta más: ¿cómo nos podemos dar cuenta cuando nos estamos convirtiendo en acumuladores compulsivos?

“Cuando no encuentro nada, cuando tengo mis cosas de todo, cuando encuentro cosas rotas que sigo teniendo en mi casa, cuando abro el closet y me encuentro una caja de unos audífonos que ya ni siquiera los tengo porque se dañaron, cuando tenemos cosas de más, cuando no tengo espacio libre para transitar y siento que no tengo paz en mis espacios. De verdad que el orden nos da paz y creo que uno lo siente; lo resientes cuando llegas a tu casa y quieres salir corriendo en vez de quitarte los zapatos y tirarte relax en un sofá. Ahí ya te das cuenta que estas abrumada, que estas acumulando cosas”.

️🎙️ Tenemos que hacer una lista mental, voltear a ver nuestra casa con conciencia y también encontrar el aspecto emocional que a veces es el que nos hace tener este desorden físico, ¿no?

“Sí, creo que una cosa va ligada a la otra. Pienso que todos tenemos que partir de la premisa de que nuestra casa debe ser nuestro santuario, debe ser el lugar donde uno pueda realmente llegar a descansar, a relajarse, para poder despertar mañana y darle cara de nuevo a la vida en el día nuevo que viene. Creo que ahí es donde perdemos el norte de lo que realmente estamos haciendo. Creo que básicamente es eso: llegar a lograr que nuestro espacio nos guste, nos encante, que nos permita relajarnos. Y hacerlo como con calma, porque la gente piensa que es organizar y ya, que si empiezo hoy y en dos o tres noches no he terminado, fracasé y lo hice mal. Y no, es hacerlo a nuestro ritmo, hacerlo a nuestro tiempo, pero -eso sí- hay que decidir que lo voy a hacer, empezar y terminar”.


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