En toda mesa debe haber siempre un tamal, los cafeteros de Conecta Arizona tienen varias opciones para su plato
El tamal es un alimento de origen precolombino consumido en América y elaborado principalmente con masa de maíz y relleno de carnes de diversos tipos como res, puerco, pescado, venado, vegetales u hortalizas, entre otros ingredientes.
En México, particularmente, como señala el sitio de Internet del Gobierno de México, se trata de un ícono de la gastronomía de este país, una representación culinaria que tiene como elemento fundamental la creatividad de cada región. La palabra tamal, destaca, es de origen náhuatl y significa “envuelto”.
Las “envolturas” que puede tener este alimento rico en grasas y proteínas puede variar, también, dependiendo de la región, no sólo de México, sino también de los países donde se consume: hojas de maíz y hojas del árbol del plátano, por mencionar sólo un par.
Los tamales se pueden consumir todo el año, no obstante, la actual temporada, la de las fiestas decembrinas y de inicio de año, dan paso a la costumbre y tradición de convertirlos en uno de los principales alimentos que se preparan, disfrutan y comparten.
En una encuesta realizada a la comunidad de La Hora del Cafecito, de Conecta Arizona, quienes la conforman respondieron cuáles son los tamales de su preferencia; las elecciones han sido las siguientes.
Al menos, 46 personas tienen preferencia por los tamales de carne con chile, independientemente del tipo de carne, ya sea res o puerco, señalaron que es el que más les gusta. Al señalar que les gustan los tamales rojos, hacen referencia a que el color de la masa en la que se envuelve la proteína, toma este color por aportación del chile colorado, o rojo, que le da su característica a la masa.
El segundo tamal preferido por los cafeteros (28) es el que se prepara con elote, la receta puede variar, hay quienes los elaboran dulces o salados, les agregan queso, chile asado (tatemado) y/o queso fresco. Además, puede tener acompañamiento como rajas de chiles asados, guisados con cebolla, elote, crema, y otras especias.
Mientras que el tercer tamal que tuvo más popularidad entre las opciones que se dieron a los encuestados es el que tiene relleno de frijol; en este caso también puede variar un poco el sabor, ya que los frijoles pueden ser (siempre molidos) dulces o salados; los dulces se preparan con panela o piloncillo, canela y otras especies, en lo que se guisan los frijoles; hay quienes le agregan pasas de uva y nueces.
Empatados con los tamales de frijoles (con seis votos), se encuentra el que tiene relleno de pollo, generalmente guisado en salsa verde, que le da el toque de picor de quien lo prepara y comparte.
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Siguen en grado de preferencia los tamales dulces, que pueden ser un tentempié o parte de una colación; su sabor también puede variar, desde los que se preparan con piña, anís, ron, y otros ingredientes y combinaciones que van surgiendo de la creatividad de quienes preparan este tradicional platillo mesoamericano.
Una opción que también fue votada por los integrantes de La Hora del Cafecito fueron los tamales de acelga, preparados de la misma manera, con masa de maíz combinada con acelga, en algunos casos con elote y queso de distintos tipos, según el gusto y la sazón del tamalero que los prepara.
También hubo quien optó por el tamal sin relleno; el que sólo tiene la masa de maíz sazonada y cocida. Estos últimos pueden ser resultado de los últimos turnos de preparación, en los que los ingredientes han ido terminándose, pero que resultan igualmente deliciosos.
Finalmente, se puso como alternativa en esta encuesta de Conecta Arizona, el tamal con relleno de mariscos, puede ser pescado, jaiba o camarones; pero esta receta no estuvo en el gusto de los entrevistados.
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Preparar tamales no es una tarea sencilla, quienes los preparan para su venta podrían señalar que con la práctica y el tiempo, la labor se va facilitando, pero se requiere de fuerza física para la combinación de este alimento, que se prepara con ingredientes pesados por kilos o libras; se requiere de concentración, tiempo y dinero para la compra de los ingredientes y también para darles el toque que sigue manteniendo vigente la receta por siglos; el tiempo de espera para que estén cocidos y puedan llevarse a la mesa también es importante, al menos 45 minutos si son pocos. Pero los comensales siempre pueden pedir más, para comer o para llevar.
¿Cómo los preparas? ¿Tienes alguna sugerencia para servirlos? Quizás los acompañas con una buena taza de humeante café. Compártenos cuál es el tamal de tu preferencia y tradición. Provecho.
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